La espuma y la química del cerebro

La espuma en los champús no es indicador de su eficacia de limpieza

La espuma de los champús no es necesariamente sinónimo de limpieza. Muchas personas creen erróneamente que cuanta más espuma produce un champú, más limpio está su cabello. Pero en realidad, la espuma es solo un subproducto del proceso de limpieza que no tiene nada que ver con la eficacia de limpieza del champú.


Hacer y consumir productos naturales implica escuchar las necesidades de nuestro cuerpo, e inspira una conciencia de colaboración con la naturaleza, desde mi punto de vista es una sinergia perfecta.


La espuma es creada por los surfactantes, que son los ingredientes clave que se encuentran en los champús y otros productos de limpieza. Los surfactantes tienen dos partes: una que se une con el agua y otra que se une con la grasa y la suciedad del cabello. 


Cuando se masajea un champú en el cabello, los surfactantes se adhieren a la grasa y la suciedad y la emulsionan en pequeñas partículas. Al agregar agua, la suciedad y la grasa se enjuagan con la espuma. 


Sin embargo, el hecho de que un champú produzca mucha espuma no significa necesariamente que esté eliminando eficazmente la suciedad y la grasa del cabello. De hecho, algunos champús que producen mucha espuma pueden ser demasiado agresivos y eliminar los aceites naturales del cabello y el cuero cabelludo, lo que puede dejar el cabello seco, áspero y sin brillo. 


Por otro lado, los champús naturales pueden no producir tanta espuma como los champús convencionales, pero aún así pueden ser muy efectivos para limpiar el cabello y eliminar la suciedad y el exceso de grasa.

Pero… ¿Por qué existe esta creencia?

La espuma en el cabello otorga una sensación comúnmente asociada con la limpieza y el cuidado personal. Sin embargo, la espuma también puede tener un efecto placentero en el cerebro, y se ha demostrado que puede desencadenar respuestas de relajación y bienestar.La sensación de espuma en el cabello puede estimular las terminaciones nerviosas del cuero cabelludo, lo que puede desencadenar una respuesta de relajación en el cuerpo. 


El cerebro tiene la capacidad de asociar estímulos sensoriales con emociones y respuestas fisiológicas, y la espuma en el cabello puede ser un ejemplo de esto. Si una persona asocia la sensación de espuma con una experiencia de relajación y bienestar, es posible que el cerebro establezca una conexión entre la espuma y los centros de relajación. 


Además, la simple acción de cuidar el cabello y el cuero cabelludo puede ser un acto de autocuidado que puede tener un efecto positivo en el estado de ánimo y la autoestima de una persona. 


El marketing aprovecha la percepción común de que la espuma equivale a limpieza, y utiliza imágenes de espuma abundante en anuncios para promover productos para el cuidado personal como champús, jabones, geles de baño, entre otros. Sin embargo, esto promueve la falsa creencia de que más espuma significa más limpieza, lo que lleva a los consumidores a gastar más dinero en productos que en realidad no necesitan o que no sean tan efectivos. 


En conclusión, la cantidad de espuma no siempre está relacionada con la capacidad real de limpieza del producto, es importante leer las etiquetas y no dejarse llevar por la cantidad de espuma que produce un producto al elegir los productos para el cuidado personal.

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